martes, 13 de mayo de 2008

la endogamia

Tratemos de recordar que la endogamia (1) es una práctica sexual milenaria y se ejercía con fines de preservación de razas, alcurnias, bienes y territorios, entre parientes; estos actos en sí mismos constituyeron siempre violaciones, pues, se ejercían bajo el criterio de jerarquía y poder familiar . Los grandes imperios de oriente y occidente, usaban y abusaban de estas prácticas para continuar detentando el poder o el reino entre las familias dominantes. Practicada por monarquías y sacerdocios, la endogamia " como costumbre sexual legal, social y religiosamente aceptada", se degeneró en abusos constantes contra las clases inferiores, tanto que se llegó a establecer en occidente, la ley de los nobles sobre los plebeyos, llamada "la prima dote" por la que el noble tenía el derecho de copular con la plebeya en la primera noche de su luna de miel, sin importar para nada el recién casado plebeyo. El abuso sexual de las clases más privilegiadas de una sociedad contra las clases plebeyas o parias, ha marcado el carácter sexual de las sociedades más antiguas hasta nuestros días. El poder y la autoridad institucionales cuando poseídos por un grupo social deviene siempre en el abuso sexual, lo que por el uso se convierte en costumbre y en ley indigna e ilegítima pero legal y muy conveniente para quien necesita algo de quien puede proveérselo a cambio de pagos o favores sexuales. Por eso es muy discutible penalizar lo que es una costumbre sexual, admitida como " legítima y legal" desde longa data por las clases poderosas nobles, racistas y religiosas, no podemos decir otra cosa, que el abuso sexual es una costumbre protegida por los mismos abusadores mantenidos en los lugares de autoridad política, legislativa, civil y religiosa. Aunque en sus códigos civiles y/o canónico afirmen otras cosas. La endogamia existe y lo saben los que más pueden y definen los contenidos, por mención escrita y voz u por omisión escrita o silencio, educacionales y culturales de nuestra formación académica. Este es un tema de libertad de conciencia, dicen, por eso es que el Estado y la Iglesia no pueden pronunciarse en contra de esta costumbre sin ir contra la voluntad popular. La endogamia es un costumbre sexual incestuosa, es delito aunque se silencie su práctica y ante Dios es pecado aunque no se confiese. Claro, ¿pero que tiene que ver esto con los crímenes por violación de unos cuantos degenerados contra bebes, niños y niñas y mujeres indefensas, en el día de hoy? Tal vez nada, pero puede explicar en parte, porqué gente de sectores sociales pobres e ignorantes, hacen estas cosas, probablemente repitiendo lo que algunos poderosos, de sectores sociales cultos e instruidos, hicieron con nuestras madres indígenas, negras, mestizas o mujeres, simplemente, dando continuidad colectiva a los profundos traumas sexuales y sociales que nuestro pueblo ha sufrido y sufre a causa de costumbres sexuales patológicas. Y es que debemos plantearnos el origen de los problemas que nos aquejan para cambiar nuestro presente. Nadie se levanta a juzgar y discriminar entre las costumbres sexuales de una sociedad para determinar su carácter y estado de evolución o involución.
Pero es tiempo, que se diga, que algunas de las costumbres sexuales que forman parte de nuestra cotidiana vida, son patológicas y por ende involucionadas y degeneradoras del carácter personal, familiar y social. Hoy podemos afirmar que la endogamia es una práctica sexual patológica, por que pervierte la sexualidad de las familias, los vínculos afectivos y el sano desarrollo de los miembros de la familia. Por ende es pecado ante Dios. La tremenda promiscuidad sexual y el alto índice de mortandad por causa del SIDA, las epidemias de enfermedades venéreas (miles de micro organismos en la actualidad) que ya perfilan una pandemia venérea en todos los continentes, la corrupción sexual de las iglesias(detentoras de las vocaciones celibatarias) tradicionales descubierta por denuncias contra clérigos pederastas y homosexuales, deben hacernos pensar, que no necesitamos de mayores pruebas objetivas para afirmar que no todas nuestras costumbres sexuales son buenas, benéficas, legítimas, humanas, aunque sean consideradas legales, placenteras y eróticas. En la Biblia podemos leer que Dios mandó al pueblo de Israel, a no continuar viviendo y realizando las prácticas sexuales endogámicas y poligámicas y las demás perversiones sexuales mencionadas en el texto sagrado. Estos mandamientos pueden conocerse leyendo en el libro LEVITICO, cap.18: 1-30, también en el capítulo 20. Dios prohíbe estas prácticas por considerarlas impuras, inapropiadas, despreciables, autodestructivas y degenerativas, porque Dios, quería que Israel tuviera un nuevo conocimiento de la vida, del respeto y el honor de sus cuerpos, del sexo y por ende de la mujer, buscó que el pueblo de Israel tuviera una nueva comprensión del valor del cuerpo humano como parte del ser creado en equitativo valor moral con el alma y el espíritu, ya no sería un simple objeto o instrumento de pasiones irracionales, pasiones que habían hundido a la humanidad de aquel entonces en prácticas sexuales depravadas y orgiásticas aunadas a cultos a divinidades que no sólo exigían estas cosas antes mencionadas sino también sacrificios humanos. Se puede inferir de la lectura de estos textos que estas prácticas sexuales pecaminosas fueron motivadas por religiones antiguas pre cristianas, en las que el sacerdocio de aquellas deidades enseñaban a jóvenes, hombres y mujeres el ejercicio de la prostitución sagrada, por la cual estos jóvenes eran llamados con el término de hieródulos y hieródulas. Para Dios, el sexo era, es y siempre ha sido para establecer relaciones fuertes, saludables y duraderas y no para mezclarlo con sodomías, lesbianismos, orgías, bestialismos, u otras violencias sexuales referidas a los variados incestos. Y éstas prácticas provenientes de costumbres sexuales de pueblos ignorantes del conocimiento de los mandamientos de Dios, eran costumbres patológicas, costumbres corruptoras del buen vivir sexual. Desde el Pentateuco, vemos que la violencia sexual era y es algo que Dios no aprueba y lo llama pecado
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Juan el Bautista y la endogamia (incesto)
Es importante recordar y mencionar, como en los inicios de la misión de Jesucristo, él mismo tuvo que sufrir la muerte de su primo Juan el Bautista, por que éste denunció al rey Herodes por incestuoso. El profeta de Dios denunció a esta autoridad, haciendo pública su corrupción sexual, lo que finalmente, previo complot contra su vida, le costó la muerte por decapitación. En esta breve historia puede conocerse lo que Dios quería que se dejará de hacer y lo reveló por medio de su profeta Juan el bautista. La Biblia no nos oculta la existencia y práctica de estos pecados pero tampoco nos dice que Dios aprobaba estas costumbres sexuales. Dios está en contra de estas costumbres sexuales y las condena y quien las practique, comparecerá un día ante su presencia. Esto puede que no intimide a nadie, no es ese el objetivo, pero quedan registrados estos mandamientos para toda la humanidad, para que se entienda que somos vulnerables sexualmente y susceptibles de ser corrompidos y que si persistimos en vivir de ese modo, un día no muy lejano Dios nos juzgará y ante él no habrá apelación que valga, por que él lo ha visto todo y lo sabe todo, quien quiera que seas tú, que haces estas cosas y crees que nada te sucederá. La sexualidad de la humanidad está enferma, colectiva e individualmente, la homosexualidad y todas las demás formas de desviaciones sexuales son producto de carencias afectivas y actos de violencia emocional y sexual que más tarde o más temprano han de manifestarse en lo que hoy observamos como el "surgimiento legal del tercer género". YA NO SE PUEDE CALLAR POR MÁS TIEMPO, LA VERDAD DE QUE LA SEXUALIDAD TAMBIÉN SE ENFERMA, EL SEXO SE DEGENERA, LAS RELACIONES SEXUALES PUEDEN SER NOCIVAS Y AUTODESTRUCTIVAS, VIOLENTAS Y DELICTIVAS, SI ES QUE NO NOS DEDICAMOS A EVALUAR NUESTRAS COSTUMBRES SEXUALES Y A IDENTIFICARLAS COMO DIGNAS Y LEGITIMAS O PATOLÓGICAS AUNQUE SEAN LEGALES O PERMITIDAS.
La Poligamia
El inmenso mercado negro pornográfico, donde ya se comercia con pornografía infantil donde niños y niñas son empleados en prácticas contranaturales con hombres y mujeres y hasta con animales, debe hacernos pensar que no podemos vivir sin cuestionar y corregir nuestras costumbres sexuales. Es tiempo de evaluar nuestras costumbres sexuales. Ya nadie se escandaliza con la poligamia, a menos que la sufra, pero si la practica ésta llega a ser un símbolo de verdadera hombría y masculinidad. Y hay hasta damas que aceptan a hombres polígamos, el problema aquí no es de género sino de actitud y dignidad. La poligamia también fue ejercida por algunas naciones, cuando en tiempos de guerras quedaba diezmada la población de hombres. En nuestro contexto histórico, las violaciones formaron parte de la poligamia española contra la negra y la india, sin distinciones de institución política o religiosa, QUE NO SE VENGA A NEGAR ESTA VERDAD, PORQUE LOS ESPAÑOLES FUERON ESCLAVOS DE LOS ARABES POR VARIOS SIGLOS Y SUFRIERON LA TRANSMISIÓN VIOLENTA DE ESTA CULTURA SEXUAL POLÍGAMA, LA DE LOS ARABES. LO QUE LOS ESPAÑOLES HICIERON CON NUESTRAS MADRES INDIAS, NEGRAS, MESTIZAS Y CON SUS PROPIAS MUJERES FUE CONSECUENCIA DE ESOS SIGLOS DE VIDA DE UNA TRANSMISIÓN VIOLENTA DE UNA CULTURA SEXUAL POLÍGAMA Y DOMINANTE. En los inicios de la sociedad peruana, la violencia sexual ya formaba parte de las costumbres sexuales, que nunca fue denunciada por la iglesia dominante, mas bien, fue solapada por las autoridades civiles, políticas y religiosas. En aquellos días los indios y los negros eran considerados igual que los animales, sólo fray Bartolomé de las Casas, destaca como un cristiano verdadero por que defendió a los indios, pero se olvido de los negros, quienes seguirían siendo considerados como animales. La violencia sexual es, en nuestra sociedad, la partera del mestizaje, de modo general.
La poligamia siempre ha sido y es inmoral porque define a la mujer o al hombre como a un objeto sexual o algo menos que un animal o bestia. Podemos estar de acuerdo con la poligamia y no cuestionarla y hasta tolerarla, pero si se nos planteara la pregunta: ¿te gustaría que tu madre o tu hija fuera compañera sexual de un polígamo o viceversa? Sin duda que arremeteríamos indignados para golpear a quien nos dirigiera esa pregunta. El alto índice de divorcios, las nuevas causales de divorcio en los códigos civiles de nuestros sectores judiciales americanos, dejan ver dos tremendos problemas, uno, el aumento de la poligamia y dos el aumento de las enfermedades venéreas. Ya no es la falta de dinero o la incompatibilidad de caracteres las mayores causales de divorcios, sino la abierta infidelidad conyugal y el contagio o riesgo de contagio por enfermedades venéreas. La poligamia es una costumbre sexual aceptada socialmente, penalizada en el caso de la bigamia pero también, es una costumbre sexual correcta entre personas "normales" relacionadas extra matrimonialmente. Y para atender a estas probables complicaciones provenientes de la poligamia, los juristas, han legislado(2) sobre dos clases de convivencia, la primera, llamada el concubinato latu sensu y la segunda el concubinato extrictu sensu. Así, un hombre casado, puede tener otros hijos y otras mujeres, o siendo soltero hacer lo mismo, sin el más mínimo respeto por la mujer, quien puede que después pase a engrosar las filas de las miles de madres solteras de nuestra nación. En nuestra nación existe la tan famosa costumbre llamada "servinacuy" por la que la pareja mantenía relaciones sexuales antes del matrimonio para descubrir caracteres de compatibilidad, desde un legítimo modo natural, luego de las cuales, de no encontrar tales caracteres la convivencia de la pareja podía disolverse, sin mayores complicaciones, también servía con fines de mantener determinada forma de convivencia social y sexual de nuestros antepasados, costumbre esta que hasta ahora permanece practicándose en no pocas comunidades indígenas. Lo cierto es que las prácticas sexuales extra matrimoniales forman parte de nuestras costumbres sexuales, costumbres que hoy pueden ser muy peligrosas debido a las enfermedades(venéreas) de transmisión sexual. Llamémosla como la llamemos, la poligamia continua practicándose hoy como ayer.
La monogamia y el machismo
Y la forma de la monogamia,(3) tan venida a menos y atacada hoy, ferozmente, por los grupos gays, que ven en la heterosexualidad el infierno para todas las personas, no tiene ya tanta publicidad y prestigio, por considerarse una forma de vida matrimonial donde los esposos y las esposas sufren una alta represión y cuando no, el abuso del machismo, como un factor deformador del carácter personal, familiar y social de las personas. La monogamia es para la iglesia cristiana la forma legítima de establecer verdaderas relaciones conyugales, y para el Estado es la forma legal por la que un hombre y una mujer pueden unirse sin perjuicios mutuos, y con derechos y deberes en condición de igualdad.(4).
Pero, estas formas, no aseguran el desarrollo sano y humano de la vida sexual, personal, familiar y colectiva de nuestra sociedad sino que son vulnerables y susceptibles de corromperse si es que no se trabaja, deliberadamente, para enseñar el verdadero valor y función del sexo y su práctica. Lamentablemente, hay que decirlo, la asociación del machismo(5) con la monogamia es una realidad deplorable en muchos casos, hay que afirmar que el machismo es pecado desde un punto de vista teológico, pecado que las iglesias han solapado con el fin de mantener un orden establecido y legal donde la mujer siempre debe ser alguien sometido al despotismo moral, sexual y educacional del hombre. Desde un punto de vista psicológico y psíquico, hay que decir que el machismo es una enfermedad que hay que tratarla, que no se debe incentivar su práctica como una cuestión legítima de género sino como un mal hábito que evoluciona hasta hacerse una costumbre mala por ser violenta en su relación con la mujer y con toda la familia, desarrollando una forma de vida detractora de los derechos y la dignidad de la mujer una forma de vida que no sólo violenta a la mujer desde su infancia sino que violenta a Dios mismo, creador de la mujer, quien en la persona de Jesucristo(5) libera a la mujer para hacerla al igual que el hombre, su adoradora y servidora . Pues, que se diga, muy clara y firmemente, el machismo es un pecado, ofende a Dios y es una costumbre mala que destruye la dignidad de la mujer. Creo, así mismo, que el machismo es un factor desencadenante de la endogamia y la poligamia, además del aumento de las diversas formas de violencia familiar que darán como resultado, la pérdida de la identidad sexual por causas traumáticas. EL Estado y la sociedad deberían velar para que esta perversa forma de ser masculina no siga desacreditando a la monogamia como la forma adecuada por la que un hombre y una mujer puedan unirse y lograr la felicidad soñada y el progreso ansiado. Y estas líneas van dirigidas, también, para las miles de mujeres machistas que disfrazadas de sobre - protectoras o feministas, cooperan, absurdamente para que el machismo progrese en las familias y en la sociedad .Estas damas necesitan tanta terapia como los hombres machistas.
La Prostitución
Otro de los aspectos que tiene que ver con el ejercicio de las costumbres sexuales es la prostitución(6). En un país como el nuestro, cargado de violencia y de represión de la misma, donde la prostitución es legal y aceptada como un mal necesario, tanto por el Estado y la iglesia oficial, así como por la apática iglesia protestante, se continuará cultivando un perverso concepto del valor del sexo y por ende de la mujer. Pienso que las cosas están unidas y forman parte de un muy apretado círculo vicioso, donde las ganancias son jugosas, siempre, al punto que hasta algunos mal llamados "padres de la patria", han sido denunciados de proxenetismo y de tener negocios relacionados con la prostitución dorada. Cabe aquí, preguntarse,¿ porqué un Estado democrático y católico mantiene en condición de legalidad a la prostitución y no promueve la abolición de estas formas colectivas de esclavitud y denigración de la dignidad de la mujer? ¿A quienes beneficia la prostitución, a alcaldes, a oficiales de la policía, a proxenetas que son funcionarios públicos? Debe abolirse la prostitución porque es un factor deformador y corruptor de la estima social y moral de la mujer. Hay que trabajar decididamente contra todo aquello que destruya la imagen y semejanza de Dios , en nuestras hermanas peruanas. Nada justifica la explotación sexual que sufren miles de mujeres, jóvenes, adolescentes, adultas y ancianas, y si esto se mantiene, no nos sorprendamos que un día la prostitución explote a la mujer desde su infancia, si es que ya no está sucediendo, como sucede en países donde los poderosos se jactan estúpidamente de lograr un macro progreso económico sin considerar para nada el alto costo social que el pueblo paga, hundido en procesos de desagregación y marginalización sociales donde las familias de los pobres estallan y pasan a sobrevivir vendiendo sus cuerpos y renunciando a sus derechos y dignidad humana . Es un espectáculo social, de por sí, inhumano que va contra las leyes de Dios y por ende contra los altos ideales y valores que pudiera ostentar cualquier sociedad llamada civilizada, cristiana, humana, solidaria y democrática.
La Pornografía y la Libertad de
expresión y de prensa y propaganda
Otro factor y formador de una muy peligrosa corriente de opinión es la presencia y aumento de la prensa pornográfica(7), que muy a la orden del día, so pretexto de la libertad de expresión y de prensa y propaganda inundan Lima con sus periódicos, diarios y revistas que muestran contenidos de sexo explícito en puestos y kioscos desde las esquinas de nuestras calles y avenidas, en los que se pueden leer y ver imágenes que van dirigidas a la líbido del transeúnte, que no se sabe manipulado y que compra estos diarios populares, que muchas veces van a parar a la mesa de nuestros hogares pobres. Son económicos pero enseñan como ver a la mujer, como comprender el sexo, como practicarlo sin considerar los contenidos perversos y patológicos que transmiten al ciudadano o ciudadana común.
Y muchos de estos diarios son leídos por niños, adolescentes y jóvenes, en sus propias casas. Esta prensa pornográfica debería ser penalizada y erradicada de nuestro medio por que no sólo pervierten a nuestra cada vez, más desinformada sociedad sino inducen a la violencia, moral y sexual contra la mujer.
El Pensamiento Jurídico de Cristo
Estas formas de prácticas de las costumbres sexuales en nuestra sociedad son en gran medida el gran caldo de cultivo para el protagonismo de personas enfermas que violan y matan a sus víctimas. No podemos levantarnos como verdugos sagrados para matarlos, porque forman parte de nuestra realidad y en muchos casos de nuestras familias, forman parte de nuestra sociedad, que desde sus inicios fue marcada por la violencia sexual y por la transmisión de una cultura machista que todos hemos preservado y mantenido vigente sin evaluar sus contenidos patológicos. Matar era solución en tiempos antiguos donde no existían formas y estructuras de poder organizadas. Dios lo permitió y lo mando para que a través de esas formas procesales de justicia religiosa despertaran a una conciencia distinta y nueva con respecto al valor digno del sexo y condigno con la familia y la sociedad. La superación de este ejercicio judicial y religioso, lo notamos claramente, en la manera en que Jesucristo atiende el caso de la mujer adultera(8). JESUCRISTO PRUEBA, EN PRIMER LUGAR LA CALIDAD MORAL Y ESPIRITUAL DE LOS VERDUGOS COLECTIVOS Y AL COMPROBAR QUE NINGUNO ERA LIBRE DE PECADO PARA ASÍ PODER LANZAR LA PRIMERA PIEDRA CONTRA LA MUJER, JESUCRISTO NO CONDENA A MUERTE A ESTA MUJER(QUE SEGÙN LA HERMENEUTICA DE LA TRADICIÓN Y LA LEY MERECÍA LA MUERTE, TANTO COMO EL HOMBRE QUE NO FUE PRESENTADO CON LA MUJER) SINO QUE LA PERDONA Y LE RECOMIENDA NO SEGUIR PECANDO DE ESA MANERA. Hoy, la iglesia y la sociedad se ven comprometidas con la defensa de la vida, de la persona humana y del respeto a la dignidad, las enseñanzas y las obras de JESUCRISTO, persona que no podemos evadir ni evitar ante nuestra responsabilidad cristiana, constitucional, social y humana, de reencaminar a nuestro semejante en el camino de la justicia y la fraternidad. Jesucristo no mandó a matar a nadie, no mando a abrir zonas rosas para las prostitutas, no indujo a sus discípulos a tolerar y saludar la idolatría y la imposición de las tradiciones religiosas sobre los mandamientos de Dios, mandó sí a amar a nuestros enemigos, a servirles y a orar por ellos, Jesucristo manda a los cristianos de todos los tiempos a tomar cada uno su propia cruz y seguirle, cruz, metáfora de un compromiso por una lucha por la defensa del derecho a la vida y al respeto por la dignidad humana, de vivir un compromiso contra cultural contra las injusticias y la iniquidad de este mundo (y porque no afirmarlo, contra algunas formas de justicia legal pero no legítimas, en términos de una conciencia de la dignidad humana, de algunas sociedades) de esta sociedad, donde se es indulgente con el rico culpable y cruel con el pobre culpable, donde se imponen leyes que protegen el abuso y la violencia de quienes más saben sobre los que ignoran, sobre los que más pueden contra los que no tienen conciencia de sus derechos y viven dentro de una dimensión de servilismo y humillación y depreciación de la dignidad humana, para sobrevivir dentro de un marco de desagregación, marginalización y creciente mortandad sociales. Retomando lo antes mencionado, en la Biblia se puede leer que Dios condenaba con la pena de muerte(9) a los incestuosos, a los homosexuales, a los adúlteros, a los fornicadores, a los secuestradores, y a otros tipos de delincuentes. Eso sucedió antes de que se manifestara el pensamiento jurídico de Jesucristo y el ejercicio procesal y judicial que reveló por medio de sus enseñanzas y ejemplos. Se pueden conocer sobre los detalles de estas penas en el libro de Levíticos. Israel practicó por muchos años estas penas. Y el uso dio paso al abuso hasta los días de Cristo, en los que el poder romano les prohibió el ejercicio judicial y religioso de esta pena. Sólo el imperio romano tenía el derecho y el deber de aplicar esta pena capital. Pero también el imperio romano cayó en el abuso de aplicar la pena de muerte y su manifestación más macabra, brutal y bestial fue la violencia genocida que los varios emperadores desataron contra los cristianos en los primeros siglos de existencia del cristianismo naciente, donde miles y miles de cristianos fueron martirizados por no renunciar a su fe, en abierta insubordinación al culto del emperador romano, que se jactaba de ser el hijo de dios. Roma no sólo se vino abajo por su declarada promiscuidad sexual entre las clases de los nobles, los cuales practicaban la endogamia y la poligamia, urdidas con fratricidios, matricidios, parricidios y varias otras formas perversas de homicidios sino que sumó a estas cosas los innumerables abusos que alcanzaron dimensiones de mortandad genocida contra los primeros cristianos de nuestra era. El establecimiento del Cristianismo en Occidente no abolió el ejercicio de esta pena en las sociedades y gobiernos católicos, menos en las culturas religiosas del Oriente. Mas bien, por intereses políticos y económicos, se abusó con gran progreso, durante varios siglos, del ejercicio político y religioso de esta pena capital, a manos de las monarquías y la mal llamada " Santa Inquisición" esparcida por todo Occidente y América del sur. Se cometieron sin fin de abusos, pues, no sólo castigaban a supuestos delincuentes, herejes, idolatras y brujos sino a sabios, intelectuales, religiosos y políticos, libres pensadores, judíos, musulmanes. En la América del norte entre los colonos se practicaba la pena de muerte entre los criminales que mataban y robaban, se realizaba la lectura del salmo 1, se cantaba el himno "Roca Eterna", el predicador o pastor atendía a los sentenciados a muerte y dirigía un culto público ante los cientos de asistentes a tales ejecuciones, y también ellos mataron a millones de indios, naturales de aquellas regiones que los colonos arrebataron a sangre y fuego, igualándose en sus actos de violencia genocida a españoles, portugueses, ingleses, y demás naciones colonizadoras.
La Colonización y la Pena de Muerte
Durante la tan silenciada etapa histórica de los movimientos colonizadores, de los países poderosos, Francia, Inglaterra, España, Portugal, Italia, Japón y otros(10), se usó de la violencia genocida para diezmar la resistencia armada de los nativos que se defendían infructuosamente de sus atacantes invasores, es en este periodo que la esclavitud, tan antigua como el dolor, se convirtió en un gran negocio para todo el mundo colonizador contra los nativos cazados y vendidos o en todo caso, muertos por su "rebeldía" al rey o a la iglesia. La gran cacería de brujas del mundo antiguo precedió a la gran cacería de idólatras en el mundo recién descubierto. Lo que queda demostrado en la historia, es que ni el Estado ni la Iglesia están libres de pecados para tirar la primera piedra y matar a un violador, menos en un contexto social donde la corrupción y la impunidad tienen en serias crisis de institucionalidad y legitimidad a los poderes judicial, ejecutivo y legislativo.
La Pena de Muerte, el Cristianismo y la Democracia
La pena de muerte no es democrática en términos políticos, no es constitucional en términos jurídicos ni cristiana en términos religiosos y ¿cómo aplicarla a los violadores sin romper con los principios de la democracia y del cristianismo? La pena de muerte es muy útil en sistemas dictatoriales, donde, por medio de ella, se purgaba a la naciente nación revolucionaria ejecutando a diario a líderes políticos de oposición. Todas las revoluciones se han caracterizado por el uso y abuso indiscriminado y antidemocrático de la pena de muerte. Por ello es muy peligroso darle a un gobierno que se precia de ser democrático, la autoridad por ley de matar a quien quiera que el Estado tipifique por medio de su ministerio público como digno de la pena de muerte, por que puede llegar abusar de ella usándola según su particular interés, inculpando a quien no es culpable de tal o cual delito merecedor de la muerte. No hablamos del Estado, la sociedad o de la iglesia, hablamos de principios que sustentan el presente y el futuro de la dignidad humana y de una sociedad cada vez más cristiana y liberada de sus usos y costumbres patológicos y deformadores de su bienestar social. Tenemos que ser responsables ante los resultados de nuestra indiferencia o negligencia en el trabajo de perfeccionar nuestra sociedad, familia, y en lo personal, nuestras propias vidas. La violencia sexual es una consecuencia patológica que nace en la tragedia moral y sexual que se apertura, en nuestro caso, con la conquista realizada por un pueblo esclavizado por otro pueblo de cultura sexual polígama. Los españoles fueron violentados sexualmente, durante varios siglos, por los moros, tal vez esto explique la perversa legalización del matrimonio homosexual, como una reacción colectiva de rechazo a la herencia sexual árabe y católica, en una nación, que se precia de ser católica por libertad y monarquía históricas, cuando no por legitimidad ante los Santos Evangelios.
La Alternativa Cristiana
Por todo esto considero que un violador no debería ser muerto pero sí retirado de la sociedad y tratado como un enfermo, en algunos casos readaptable a la sociedad y en otros, destinado a un confinamiento definitivo. Pienso, que la sociedad debe evaluar sus costumbres sexuales, que el Estado debe asumir su responsabilidad con estos enfermos, sin importar el costo, porque el mayor costo social lo paga el pueblo; y la Iglesia, debe ocuparse de trabajar siguiendo el ejemplo de Jesucristo y no imponiendo su presencia en la educación de la sociedad y la familia, que ya mucho daño a hecho, pervirtiendo con su vaticana misión y pastoral realizando una falsa evangelización que no ha liberado a nuestra sociedad de sus pecados y corrupción. Los daños emocionales, físicos, venéreos y psíquicos de una violación pueden costar toda una vida, pero más muertes absurdas e injustas van a costarnos las siguientes violaciones si es que se le da a un gobierno la autoridad de matar a supuestos violadores, un gobierno compuesto por personas que autorizaron o "permitieron" ejecuciones masivas de reclusos por "terrorismo" o por disidencia política, un gobierno formado por líderes que acusan una etapa de violencia sediciosa o revolucionaria en su historia partidaria con muertos a los que ellos llaman de mártires, creo que hay que tener cuidado frente a estas personas y autoridades, esto lo digo para que no se usen a los violadores o a al delito de violación o a las tragedias familiares como un chivo expiatorio, o como cortinas de humo mientras se preparan cosas perjudiciales para la sociedad, como por ejemplo, la privatización de la empresa nacional del agua o peor dejar impunes los delitos de algunos corruptos genocidas que fueron catedráticos de algunas de las autoridades que hoy están en el poder, ¡ cuidado que la pena de muerte sirva sólo para traer más corrupción e injusticias y a cambio queden libres y con penas leves, criminales que merecen de por vida nunca más formar parte de la sociedad, viviendo en cadenas perpetuas! La muerte de los alumnos y del profesor, cantuteños, sigue impune, los responsables decidieron matar gente inocente, en días de la dictadura vladifujimorista; existe una tendencia perversa, totalitaria y homicida en varios de nuestros congresistas y no podemos perder de vista estas cosas, por que ellos pueden decidir, imponer y engañar a la sociedad para que se instaure la pena de muerte. El tema de la violación y la pena de muerte para el violador, requiere de una revisión y corrección de las costumbres sexuales de nuestra sociedad, prácticas, protegidas por el derecho a la privacidad. Advierto que no toda costumbre sexual es sana y legítima.
Aporte Jurídico en Pro del Derecho a la Vida
Quiero concluir, esta reflexión, destacando constitucionalmente, que el primer artículo de nuestra CONSTITUCIÓN(11) expresa:
Artículo 1º.
"La defensa de la persona humana y el respeto a su dignidad son el fin supremo de la sociedad y el Estado".
Se interpreta de esta manera:
PRIMERO, la defensa de la persona y el respeto a su dignidad...
En primera instancia toda persona humana es proveniente de una relación sexual y humana, es humana toda persona que es fruto de una relación humana y sexual, pues, nuestros progenitores, son quienes nos otorgan, en primera instancia, nuestra identidad de ser personas humanas. Pareciera ocioso hacer esta reflexión pero es importante afirmar que no es el Estado ni la Iglesia quien nos otorga la identidad de ser personas humanas sino nuestros progenitores, por derecho de reproductores y procreadores humanos, nuestros padres nos brindan su humanidad legítimamente y por engendramiento y concepción nos hacen concebidos y nos proveen de todo lo necesario para hacernos personas conscientes y hábiles para encargarnos de nuestra propia humanidad. En este proceso, la familia recibe la cooperación de la sociedad, el Estado y la Iglesia, pero estas instituciones no hacen nada más que complementar la construcción de una consciencia colectiva e individual de humanidad, pues las estructuras más profundas de nuestra consciencia de persona humana nos la otorgan por una irresistible e inevitable gracia y responsabilidad, nuestros progenitores y sólo ellos. Y ante ésta intransferible misión y donación de nuestros padres, es sólo Dios, quien juzga y determina la continuidad del ejercicio psíquico de las profundas estructuras del inconsciente colectivo de las sociedades en cada una de las personas. Y por esto también es ineludible el respeto a la dignidad humana, por que por una cuestión de amor a Dios y a uno mismo, se nos manda a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, y como para desafiarnos aún más Jesucristo nos enseña que debemos amarnos los unos a los otros como él nos amó y amar a nuestros enemigos, el respeto es un factor de amor y de reciprocidad, de humanidad(valorativa y afectiva) y de auto estima y por ello es impostergable que así, se haga por uno mismo y para uno mismo, para la familia, la sociedad, el Estado y la iglesia.
Y El Respeto a su Dignidad
Se afirma, que debe defenderse a la persona humana y además el respeto a su dignidad, de lo que puede entenderse que todo ciudadano(sociedad), está obligado(por deber y derecho) a defender a la persona humana, no a combatirla, atacarla, o destruirla, también está obligado(por deber y derecho) a defender "... el respeto a su dignidad..." es decir, que tenemos que defender todo principio, valor, creencia o ley, toda costumbre, hábito y uso, toda cultura, conducta o actitud, toda creación, educación y obra que promueva el respeto por la dignidad, y no combatir, atacar, complotar, destruir, pervertir todo aquello que propugne y trabaje por el respeto de la dignidad humana por que hacer realidad ésta defensa es el fin supremo de la sociedad(primero) y del Estado (segundo). Y si la Sociedad y el Estado establecen la pena de muerte para el violador, ya no estarían en capacidad de tener la autoridad de defender a la persona humana y el respeto a su dignidad, porque invalidarían este primer artículo constitucional que tiene categoría suprema de ley, porque al mandar a matar a un violador, estarían matando a una persona humana y sentando precedentes de una supuesta relatividad del respeto a la dignidad humana. Pero esta responsabilidad es compartida, sin dejar de lado, la participación pública de cada una de las partes, es decir primero la sociedad, y luego, el Estado, de tal forma que el primer artículo de la Constitución establece que la defensa de la persona humana y del respeto a su dignidad debe ser comprendida y decidida por ambas partes, claro está, sin imposición de una parte sobre la otra, debe establecerse un acuerdo, un consenso, un pacto, de carácter histórico y legislativo, entre la sociedad y el Estado de defender a la persona humana y al respeto de su dignidad. Se puede comprender que tanto la sociedad como el Estado tienen el deber y el derecho de establecer acuerdos que promuevan y defiendan a la persona humana y al respeto de su dignidad. Y esta es una tarea que aún no se ha hecho, aunque existan partidos políticos, gobiernos, congreso, iglesias, colegios, universidades, ongs, fundaciones, clubes, familias, etc.
Es imperativo que la sociedad y el Estado se organicen para establecer de manera histórica y legal este acuerdo. Lo que la ley da por sentado debe ejecutarse y construirse sobre ello el presente y futuro de justicia de nuestro pueblo, pues, es un derecho.

El Derecho a la Vida
También podemos leer en el artículo 2, de la Constitución: Toda persona tiene derecho:
1.- A la vida, a su identidad, a su integridad moral, psíquica y física y a su libre desarrollo y bienestar. El concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece.
Frente a este primer apartado del artículo 2 de la Constitución, claramente se lee que, la persona humana y el respeto a su dignidad están estrechamente vinculados con el derecho a la vida, primero y luego a los demás aspectos mencionados. Sin la vida, no existe nada de lo antes y después mencionado. En este sentido, vale reflexionar que la vida es una edad indefinida, no determinada por voluntad propia o ajena. La vida es un derecho que se funda en la legitimidad de ser, indiscutiblemente, considerando los aspectos de ley que la preserven, conserven, mantengan y defiendan ante el propio desgaste físico, espiritual y existencial de la persona humana. La vida es un derecho no sólo de carácter ontológico, deontológico, biológico y sexual, sino también teológico(12). Por conciencia, sabemos que la vida es de un alto valor y no tiene precio, por eso es que la esclavitud en cualquiera de sus formas, es un estado de violencia y destrucción de la persona que la sufre, pero por conocimiento de las enseñanzas cristianas, sabemos que la vida es un don de Dios, y que sólo él limita su duración terrenal. La vida se reveló en toda su dimensión y trascendencia en la persona de Jesucristo. Él, es la vida, mientras estuvo aquí resucitó a personas, curó enfermos, hizo exorcismo y otras muchas cosas más, con el fin de mostrar al mundo el amor de DIOS, DINÁMICO Y TODOPODEROSO, restaurando salud, liberando a las personas de las más profundas posesiones espirituales y de enfermedades psíquicas y devolviendo la vida a los muertos. DIOS es nuestro creador, nos sustenta y nos da vitalidad(13) y cuanta más salud para que realicemos su preciosa voluntad. No vivimos por que nos lo permite el Estado, la sociedad o la iglesia, no vivimos porque somos capaces de cuidarnos a nosotros mismos, vivimos, por que aunque no lo entendamos plenamente, Dios lo quiere.
La dignidad y persona humana se fundamentan en criterios teológicos asumidos por toda la cristiandad, antes que en criterios jurídicos, en abierta disidencia contra los históricos abusos y crímenes genocidas y otros de lesa humanidad cometidos por la iglesia so pretexto de una falsa misión colonizadora y misionera como también por el vil y sacrílego ejercicio de la pena de muerte por manos de la perversa Vaticana Inquisición(yo no puedo llamarla santa porque haría perversión de una palabra que en el lenguaje teológico tiene una adecuada concepción) disidencia a mantenerse ante toda institución humana que amenace, ataque, con muerte contra la vida, sí, porque en la Biblia leemos, que Dios nos creó a su imagen y semejanza, y fuimos creados para imitarle y cada vez parecernos más a Él y a su Hijo JESUCRISTO. Fuimos creados para vivir con él y para él. Y esta primera condición de nuestra vida no se ha perdido a pesar de los muchos males que se sufren en el mundo, somos dignos de la vida, dignos de vivir, porque somos creados a su imagen y semejanza, y no porque la sociedad, la iglesia o el Estado nos definan alguna otra forma de dignidad. Por eso es que la vida es en su origen y nacimiento para todo concebido en útero y en vitro de voluntad divina y su fin debe ser también por voluntad divina. La humanidad está llamada a trabajar por la defensa de la vida como lo hizo Jesucristo, y pervierte su dignidad en el momento en que decide dar muerte a la criatura que ella no creó.
Defendiendo la Vida
Por eso es importantísimo, retomar el tema de la defensa de la vida desde la concepción. El concebido no debe ser abortado (Dios es todopoderoso y soberano para cambiar las condiciones psicológicas y genéticas de las criaturas que son producto de violaciones), pues, el aborto como una práctica social y legal en algunos lugares del mundo es una costumbre muy antigua que ofrecía y ofrece soluciones ilegítimas y delictivas a problemas morales, económicos, y sexuales. El aborto es un acto consecuente del ejercicio de costumbres sexuales irresponsables que en la mayoría de los casos forman parte de un modo de vida vicioso y criminal. Defender la vida también es trabajar contra la legalización del aborto, por que el aborto premeditado es un crimen, un delito, primero ante Dios y después ante la sociedad. Cada año se registran más de 400,000 abortos en el Perú, muertes superiores (14) a las provocadas por el terrorismo nacional. Tenemos que ver que detrás de una vida que descuida el ejercicio de sus costumbres sexuales, sin discriminar entre unas y otras, sin duda que quien pagará el mayor costo social de comenzar a vivir en una nación como la nuestra será el concebido. Es necesario que por la defensa de la vida y del respeto a la dignidad humana, se promuevan genuinas políticas que persigan la abolición de las prácticas sexuales que aunque legales o aparentemente democráticas, lo único que hacen es provocar la muerte, la destrucción y la degeneración de la vida de la mujer peruana y de sus hijos e hijas, por eso es que la endogamia, la poligamia, la prostitución, la pornografía en todas sus formas, el aborto, la eutanasia, los suicidios colectivos inducidos por planes psicosociales, el empleo de anticonceptivos abortivos que en realidad deberían llamarse contraconceptivos, en suma nuestra cultura sexual, debe ser evaluada y corregida en todos los aspectos relacionados con el derecho a la vida y el respeto a la dignidad humana.
Concluyo este ensayo expresando que toda persona cristiana está frente a JESUCRITO RESUCITADO, QUIEN TIENE TODA POTESTAD EN LOS CIELOS Y EN LA TIERRA, QUIEN HA RECIBIDO DEL PADRE EL JUICIO, JESUCRISTO ES LA JUSTICIA DE LA IGLESIA, Y POR MEDIO DE QUIEN LA VIDA SE SUSTENTA Y AMPLIA. NI EL ESTADO NI LA IGLESIA ESTAN EN UNA POSICIÓN DE AUTORIDAD SUPERIOR PARA EJERCER PENA DE MUERTE ALGUNA, HABLO DE LA PERSONA CRISTIANA, TIENE LA MENTE DE CRISTO, QUE VIVE EN NOVEDAD DE VIDA REFLEJANDO LOS IMPERATIVOS DEL EVANGELIO, LOS CRISTIANOS NO PODEMOS APOYAR LAS DEMANDAS LEGALES DEL MUNDO REFERENTES A LA PENA DE MUERTE, PORQUE SUS LEYES NO SE ORIGINAN EN EL CORAZÓN DE DIOS SINO EN EL DE LOS HOMBRES, SUS COSTUMBRES Y PROFUNDAS AMARGURAS PECAMINOSAS. LOS CRISTIANOS NO DEBEMOS APOYAR EL ESTABLECIMIENTO DE LA PENA DE MUERTE PORQUE NUESTRO EJEMPLO A SEGUIR ES EL DE JESUCRISTO, QUIEN CON SU RESURRECCIÓN HA DEMOSTRADO AL MUNDO, A LA IGLESIA, AL CIELO Y A LOS INFIERNOS, QUE SÓLO ÉL TIENE EL DERECHO, EL PODER, LA HONRA, LA GLORIA Y LA JUSTICIA SOBRE LA VIDA Y LA MUERTE DE TODO SER HUMANO, QUE ES ANTES QUE TODO CRIATURA DE DIOS. ESTOS SON DÍAS DIFÍCILES, DÍAS DE APOSTASIA, DE PROFUNDAS CRISIS Y RUPTURAS INSTITUCIONALES, DÍAS DE PRUEBAS PARA LA IGLESIA Y NO ES EXTRAÑO QUE MUCHOS CRISTIANOS SE APARTEN DE LA SANA DOCTRINA Y DEL EVANGELIO DE LA GLORIA DE JESUCRISTO. Y NO ES RARO QUE HOY MUCHos CRISTIANOS DESPRECIEN LA PERSONA DE JESUCRISTO EN CUANTO A SUS DECISIONES DE CONSCIENCIA Y ESPIRITUALIDAD PARA ASUMIR COMODAMENTE POSTURAS POLÍTICAS QUE LES COVENGAN AUNQUE ESTAS TENGAN UNA RELACIÓN ESTRECHA CON LA PRÁCTICA HOMICIDA REVESTIDA DE LEGALIDAD. RECORDEMOS FINALMENTE, QUE LA MISERICORDIA DE DIOS ES PARA SIEMPRE, QUE MEJOR QUE LA VIDA ES SU MISERICORDIA, DIOS, NUESTRO PADRE, ES DIOS DE TODA MJISERICORDIA.


SUMARIO
Creo haber aclarado en algunos aspectos la aparente confusión entre la violencia sexual y la pena de muerte, la violencia sexual se origina dentro de cada uno, y luego se vive en la familia y en el matrimonio, se realiza por medio de prácticas o costumbres sexuales no corregidas. Son parte inútil, consentida y patológica de la sexualidad colectiva de una sociedad. Esta violencia ha sido permitida por muchas razones y por instituciones imperfectas como el Estado, la sociedad y la iglesia. Cábenos a nosotros eliminar la continuidad y uso de tales costumbres sexuales.
Establecer la pena de muerte a un violador no solucionará lo que es una tendencia innata o motivada que se manifiesta por el deterioro estructural, moral, espiritual, económico, familiar, psicológico - genético de una sociedad que ya no tiene confianza en sus instituciones, autoridades y referentes de dignidad humana, una sociedad que paga un alto costo social, del cual es ignorante y hasta inconsciente, una sociedad que se defiende de si misma por que la violencia no es combatida desde la intimidad hasta las oficinas de los distintos ambientes de los ministerios públicos, donde se solapa el acoso sexual y se explota sexualmente a mujeres, tras hostilidades y favores sexuales, una sociedad que quiere encontrar un camino de libertad para esta violencia estructurada corruptamente en todo el Estado.
Tenemos mucho trabajo por delante para corregirnos y corregir desde nuestros hogares, sociedad y hasta los altos niveles de los poderes político, militar, empresarial, religioso y cultural la violencia sexual que hasta hoy muchos hemos callado, que hasta hoy muchos sufren esperando la libertad que los aleje de sus aterrados mundos. Gracias por su dignísima atención. Este es el inicio de nuestra misión...

LAUS DEUS.
PEDRO AUGUSTO MARQUINA PALACIOS.

EL VALOR DE UNA SOLA MUJER SOLA

El valor
de una sola mujer,
el valor
de una mujer sola
no es igual
al valor
de un hombre solo.
Ella trae consigo
esas cosas que faltan
en el fondo del corazón,
cosas sublimes
que la madre
no pudo dar
por que recibió
sólo las humanas
por que también ella
sufrió el egoísmo
y aprendió lo que
no pudo evitar
aprender, saber,
perder y hacer.
Por eso es
que andamos solos
aunque tengamos
varias compañías,
aunque andemos
entre multitudes,
píos y traidores.
Andamos solos
por que no conocemos
el valor
de una sola mujer,
el valor
de una mujer sola.
Porque ser amado
por una sola mujer
es ser invadido
en los vacíos secretos
que nadie confiesa
y menos el hombre,
es ser socorrido
en el hueco de la nada
que busca tragarnos
sin tregua ni compasión
desde lo más hondo
de nuestro corazón,
socorrido por la plenitud
del cariño
de una mujer sola.
El valor de un hombre solo
sólo es ilusión.
Puede ser el de
la completa libertad
o el del frívolo egoísmo.
Puede ser el del ejercicio
culto o brutal del poder.
Puede inclusive
no valer nada,
como el polvo
o la ceniza,
porque quien
pretende amar
a varias mujeres
intenta siempre querer
y nunca lo consigue
porque carece
del humilde valor de amar.
Pero el valor
de una sola mujer
consiste en dejarse
caer en los brazos,
inofensiva,
indefensa,
vulnerable,
alegre, lúdica,
quieta y dócil
danzante
y sagrada,
continental,
en cruz,
sangrante,
en mar,
en sol, luz y fuego,
en infinitos pasos
y besos al viento,
con la más absoluta pureza
y la más completa
confianza,
pues, ella es
la negación
de todo egoísmo
y el principio
de una vida abierta
para recibir
las caricias que salvarán
un alma de la orfandad,
la costumbre
y la nada.
Porque el amor
de una sola mujer sola
es ilimitado y libre,
no hay ley
que lo coacte
y es todo dulzura y tanta
que cura al corazón
de sus amarguras,
de sus temores
y de sus tristezas
más oscuras.
Porque ella es
como la mano de Dios
amiga y celosa
que si nos toca
nos renueva las fuerzas,
o nos hace sentir
y comprender
que sin ella
no somos nada,
nada podemos,
y que sólo en su corazón
poseemos en libertad
todo el valor de ser,
que si nos llama
nos afirma en el ser
y aprendemos
que nuestro nombre
aunque sencillo
en su morfología
y fonética
es precioso,
por que su voz
y su cantarina risa
así lo pronuncia
y lo repite con gracia.
Porque esa mujer sola
esa sola mujer
que nos espera
sin quejarse
de nuestra estúpida
presunción
de merecernos
su amor,
esa sola mujer,
esa mujer sola,
acrisola en sí
el poder
que necesitamos
para hacernos a ella,
el poder de su cuerpo
que usa, fielmente,
para resucitarnos
de nuestras muchas y
muchas muertes
cotidianas.
Pero éstas y
otras cosas sublimes
que cuando nos faltan
nos desconsuelan
mortalmente,
son desconocidas
por el hombre egoísta,
ese que cree
que una mujer
es un número de serie
en el cobarde inventario
de su solitaria,
inmerecida
e inútil libertad,
ese que cree poder
matarla cuando la mata,
con su infidelidad
sin imaginarse
que ella resucita,
suficiente
para ella misma
siempre
al día siguiente,
por que el valor
de una mujer sola,
de una sola mujer
es su amor y vida
inmortales,
tan parecido al de Dios,
por ser indefinible,
libre, providencial
y bienaventuradamente
perfecto...

martes, 26 de febrero de 2008

UNA HISTORIA CONSABIDA PERO SILENCIADA.


SOBRE LA VIOLENCIA SEXUAL Y LA PENA DE MUERTE (Parte 1)
INTRODUCCIÓN
En estos días se trata, social y apasionadamente, un asunto de dos caras, muy antiguo en cuanto a su existencia moral y legal y siempre actual en relación con sus efectos en la conciencia colectiva de la ciudadanía y en la opinión pública. Por un lado, la violación a menores de edad, y a mujeres, y por otro lado, la pena de muerte para el violador.
El meollo de este problema tiene su historia en la evolución de la vida sexual de las sociedades. Es necesario recordar las distintas formas con las que la humanidad, de modo general, ha practicado y formado costumbres sexuales, que algunos consideran buenas y otros malas, costumbres que en algunas razas son buenas y en otras malas, costumbres que en algunos lugares son buenas y en otros malas, costumbres que para algunas clases sociales son buenas y para otras malas. Costumbres que para algunas religiones son buenas y para otras malas. Las costumbres sexuales han sido y son poco tratadas como aspectos importantes y colectivos en el desarrollo del carácter social, moral, ético, familiar y religioso de los pueblos. Siempre han sido tratadas, por el Estado y la Iglesia con ciertas dificultades históricas y actitudes dogmáticas, cuando sí, con actitudes míticas y liberales, cuando no, sin darle el correcto valor para la definición de la identidad colectiva tanto en género como en lo referente al ejercicio de la autoridad y del poder.
Para entender mejor el aspecto de las costumbres sexuales y su evolución o involución, es necesario admitir que la sociedad, en términos de sexualidad, siempre ha sido la misma. Es decir, la endogamia, la poligamia y la monogamia como formas de uniones sexuales entre hombres y mujeres, han existido y existen más allá de toda consideración institucional moral y religiosa. Los aspectos característicos de la homosexualidad, las perversiones sexuales de prácticas masoquistas y sádicas o de bestialismos, y los condenables incestos diversos, también han existido y existen. Lo que sucede en el dormitorio da forma y destino al resto de una familia, de una sociedad y por ende al uso y abuso, valoración y desvalorización del sexo de un modo consciente o inconsciente.
Por: Pedro Marquina.

lunes, 4 de febrero de 2008

UN MAL ENFOQUE


La discusión sobre la pena de muerte para el violador, no es un asunto a tratar, dentro de nuestras iglesias, como una cuestión meramente jurídica, ética y política, sino como un asunto bíblico, teológico, sexual y cultural atacando al problema de la violencia sexual.
La pena de muerte ya existe en nuestro Código Penal, y se aplica al que delinque como traidor a la patria y al terrorista, es decir, su aplicación es de carácter constitucional, por que estos delitos violentan la integridad y la soberanía del Estado. Como iglesias evangélicas no hemos atacado el carácter de esta aplicación, no hemos dado nuestro parecer institucional. ¿No sé por que hemos callado? Tal vez por que sabíamos que cuando se planteó la pena de muerte para el terrorista, sufríamos la dictadura y la corrupción del gobierno de turno. Pero, ahora, es necesario asumir nuestra responsabilidad ante el problema de la nueva aplicación de la pena de muerte, que es de carácter humano, y debido a la violencia sexual.
Sí, es necesario enfocar, correctamente, la discusión para arribar a una comprensión cabal y justa de nuestras convicciones, fundamentadas, sobre verdades bíblicas. A lo largo de todos los relatos del Antiguo Testamento podemos leer historias donde la violencia sexual es el tema inspirado por el Espíritu Santo. El tema de la sexualidad es tratado con prejuicios culturales en nuestras iglesias. La predicación no toca los diversos aspectos revelados en las Sagradas Escrituras, sobre la violencia sexual, y es posible entender las varias razones que justifiquen este descuido. Sí, por que es un descuido que debemos reparar si es que queremos instruir, enseñar, corregir y capacitar a la iglesia para su mejor santificación y misión.
Apuntaré a algunas posibles razones, que desde mi humilde punto de vista, han provocado este descuido, a saber:
Somos un pueblo, que desde sus inicios, interculturales ya habíamos desarrollado costumbres sexuales ajenas a la revelación divina. Los huacos eróticos de nuestra cultura ceramista revelan que nuestros ancestros practicaban costumbres sexuales sanas y patológicas.
La conquista española trajo consigo una era de violencia sexual sin precedentes en nuestra cultura, sumando a ésta las profundas injusticias y crímenes de lesa humanidad, que implantaron una nueva y deformada condición sexual y humana en la psiquis colectiva de nuestro pueblo. Si antes había una violencia sexual patológica, nativa, oriunda, autóctona, con la llegada de los españoles, se impuso dentro del marco de las costumbres sexuales, otras costumbres con contenidos morales, religiosos, éticos, sexuales y antropológicos profundamente discriminatorios.
Es importante recordar que España fue formada por la unión de varios reinos conquistados durante varios siglos, primero por Roma y luego por los musulmanes, portadores de una cultura sexual polígama, durante unos 400 años, y que por dentro, sufrieron la implantación violenta de una cultura sexual, que dividió aún más a los feudos y a las poblaciones que la conformaban. España trajo consigo una cultura violenta y cargada de profundos sentimientos de racismos, venganza y sadismo.
Nuestros ancestros indígenas y africanos, nuestras madres y nuestros padres, fueron considerados sin alma, como animales, fueron esclavizados y sometidos a regímenes de torturas y en una infinidad de casos, violentados sexualmente, por el conquistador. Surgieron los hijos bastardos, sacrílegos, adulterinos y otras clases más de hijos, clasificados así por la iglesia católica, en su Código Canónico y el derecho civil español, despreciados por el europeo, que darían origen al mestizo o mestiza.
El mestizaje de nuestra población surgió con muchas injusticias y violencias sexuales. Esta violencia sexual también fue practicada por muchos clérigos y monjas(mestizas o criollas), de tal forma que ni el gobierno, la sociedad o la iglesia dejaron de practicar, bajo criterios "legales y legítimos" la violencia sexual con sus muchas injusticias perversiones, desviaciones, depravaciones y discriminaciones.
La cuestión racial y religiosa se impuso sobre lo sexual en la formación de nuestra "civilización". Los cambios históricos como "la defensa de los indios" por fray Bartolomé de las Casas "la independencia nacional" proclamada por San Martín, la fundación de la Universidad San Marcos, otros eventos culturales trascendentes no afectaron la vida sexual de nuestra joven sociedad limeña y por ende nacional. La existencia de la prostitución femenina(hoy legalizada en nuestro país), tolerada desde siempre en nuestras tierras conquistadas y consagrada por la iglesia católica, alimentó aún más el perverso concepto cultural sobre la mujer, y desvalorizó mucho más su imagen y presencia en la familia y la sociedad.
El machismo se impuso como un valor masculino, varonil, en el ámbito de todas las instituciones del Estado, la sociedad, la iglesia, la familia y hasta dentro de cada persona. La cultura, la educación, el derecho, la religión, el trabajo, etc., conforman realidades humanas deformadas por el machismo, realidades en las que mujeres, niños y niños, es decir, los débiles e indefensos han sufrido y sufren hasta hoy la violencia sexual machista dentro de sus hogares, instituciones y sociedad.
La civilización de nuestra sociedad actual tiene profundos cimientos de violencias sexuales. La endogamia o la práctica incestuosa, la poligamia, la bigamia existen entre nuestras familias. No somos una sociedad cristiana, apuntamos a ello, pero cerrando los ojos a estas realidades nunca alcanzaremos serlo. Que la iglesia logre influenciar, correctamente, a la sociedad peruana es una tarea que apenas hemos comenzado. Necesitamos enfrentarnos, cada uno a sí mismo, reconciliarnos con uno mismo y probablemente, con algunos de nuestros parientes, y desechar, de nuestra gran herencia cultural toda práctica de costumbres sexuales patológicas.
Esta violencia sexual forma parte de las experiencias de muchos de nosotros. misioneros, pastores, diáconos, evangelistas, maestros, dirigentes y demás siervos y líderes, hemos sido maltratados y violentados sexualmente, y estas heridas no se cierran de la noche a la mañana por la conversión, más bien son tratadas por Dios, durante toda nuestra santificación. La renuencia a predicar y enseñar sobre estos temas se debe al sufrimiento callado, vergonzoso y temeroso de muchos de nuestros hermanos y hermanas que tienen el ministerio de la palabra. Existe una profunda rabia y amargura homicidas en el corazón de muchas personas en la sociedad y también en nuestras iglesias. Este es un sufrimiento que el Espíritu Santo quiere aplacar en el seno de nuestras iglesias. El deseo de matar, de asesinar al violador está ligado a un sentimiento de venganza, legítimo, pero humano y carnal. No es un deseo que lo pone Dios, no es un sentimiento generado por el fruto del Espíritu Santo, es el deseo Absalón que vengó a su hermana Tamar, es el deseo de Simeón y Leví que vengaron a su hermana Dina, es el sentimiento que hizo a Caín vengarse en Abél matándolo, cometiéndose así el primer homicidio, fratricidio, es el mismo deseo y sentimiento que tiene Satanás contra toda la humanidad y que lo demostró usando al pueblo judío para matar al Mesías, a JESUCRISTO cuando apenas era un bebito menor de dos años de edad. El sentimiento de venganza contiene el deseo homicida de Satanás. Por eso la palabra de Dios nos revela, "que mía es la venganza, dice el Señor" sí, Dios reclama para sí mismo nuestras venganzas, Jesucristo nunca expresó ni manifestó palabra alguna a favor de que nosotros debíamos vengarnos de quienes nos hicieran daño, más bien nos enseñó que debíamos amar a nuestros enemigos, orar por ellos, servirles, ésta es una enseñanza que está por encima de nuestros deberes para con el Estado y muy por encima de nuestros sentimientos legítimos de venganza. Hermanos y hermanas no nos dejemos guiar por nuestro sentimiento de venganza por que en él se entraña el homicidio, por que nuestras venganzas pertenecen a Dios.
Nuestra misión, teología y pastoral se han omitido, abstenido u inhibido de asumir su tarea de reflexionar y aportar alternativas de solución a este problema de la violencia sexual. Es tiempo de comenzar a orar, humillarse ante Dios, reflexionar y meditar sobre las historias bíblicas que nos enseñan sobre la violencia sexual, escribir y predicar y llevar sanidad a las personas que sufren estas desgracias, con el poder de la palabra de Dios. Es tiempo de OBEDECER A DIOS ANTES QUE A LOS HOMBRES, y seguir a nuestro Señor Jesucristo, llevando nuestra cruz, negándonos a nosotros mismos, amando al Señor antes que a cualquier otra persona, y amando a la iglesia y a la sociedad, como Jesucristo nos manda que lo hagamos.

Estas son algunas de las razones, que desde mi humilde opinión, han provocado el descuido y la ignorancia sobre el tema de la violencia sexual. Matando al violador no se acaban con las violaciones, digámoslo de un mejor modo, matando al pecador no se acaba con los pecados, pero tanto el pecador y los pecados ya tienen un fin definitivo y prometido en la cruz de Jesucristo. Dios nos libre de hacernos justicia con nuestras propias manos.

LAUS DEUS
Pedro Augusto Marquina Palacios.v

QUERÍAS UNA MUJER BELLA

Te la imaginaste muchas veces.
Pensaste en ella
como en la bondad y la pureza.
Y llegaste a desearla con gran ilusión,
como al ser más precioso
a quien le entregarías tu corazón.
Hasta que la conociste,
la conquistaste y esperaste
que fuera bella en todo.
Nunca te imaginaste
cómo sería, realmente,
la vida de una mujer bella.
Sólo la querías y en verdad
no sabías lo que querías.
Hoy extrañas lo sencillo y bonito
y sabes, que lo sublime
trasciende a la belleza
en todas sus perspectivas e instancias.
Y ahora, has llegado a amarla,
y no puedes impedir
que el tiempo la desdibuje
del lienzo de tu corazón.
Además, eres el oidor
de sus leyendas,
el recepcionista de las llamadas telefónicas
de sus muchos y temerarios galanes,
y vives sino para cuidarla
o para sus caprichos y desdenes.
Ahora, ya sabes, lo que es vivir
con una mujer bella,
y no quieres lo que estás aprendiendo
y sin duda alguna, lo que sabes,
indiscutiblemente, de ti mismo...


PEDRO AUGUSTO MARQUINA PALACIOS.